4 ago 2008

El día que nunca llegó

De a ratos se derrumba mi castillo de cristal,
y sólo las lágrimas quieren salir,
risas opacadas por gritos,
y el día que nunca llegó.
El mundo cambia de tamaño,
no está ya mi felicidad,
la angustia gobierna mi corazón,
no hay tiempo para la humanidad.
Cada tanto se apagan las luces,
ya no se encuentra el show,
los artistas guardan sus cosas,
ya todo terminó.
Me acomodo en un rincón,
veo las horas pasar,
pensando en que las cosas pasan,
ya todo va a terminar.
Cuando las luces se enciendan,
y vea que nada acabó,
seré la misma de siempre,
hasta entonces, adiós.

1 comentario:

Alastaire D'Angelo dijo...

bueeenaa ondaaa el postt