El príncipe azul.
Todas, pero TODAS las mujeres crecimos creyendo en, el tan afamado, príncipe azul, de los cuentos de Disney.
Siempre buscando ese alma gemela que nos llene de mariposas la panza, que nos haga viajar con un sólo beso, que nos haga tan felices que no podamos borrar la sonrisa de la cara, ni en un millón de años. Ese amor infinito que ni la bruja más mala pudiera impedir que se lleve a cabo.
Claro, nosotras crecemos, y buscamos en los hombres, eso que tanto vimos en la tele, en los cuentos y en películas, y que añoramos alcanzar, por años.
Pero esos príncipes, sean verdes, violetas, azules, celestes o del color que más te guste, no existen. Ya la sóla idea de que una persona sea de color [y no hablo de los negros] es absurda!.. Qué?.. Compras una cajita de "príncipes de faber castell" en la libreria, para colorear?.. No señoras, esos se llaman LÁPICES, los "príncipes" estan en los reinados, forrados en plata, y nunca nos van a dar bola, eso pasa sólo en los cuentos y películas.
Acá, en la vida real, las mujeres de carne y hueso, itentan buscar un "hombre" que les haga la vida más amena.Ya no buscan mariposas en la panza, porque eso es señal de náuseas y/o vómitos, y se asocia muy rápido con embarazos; ya no queremos que nos hagan viajar con un beso, simplemente buscamos que no sea como besar una babosa, o intentamos no perder un labio con algún carnívoro, en el intento; y a ver, lo de la sonrisa, a no ser que nos engrampemos los cachetes, en la sociedad en que vivimos, la sonrisa se borra en un abrir y cerrar de ojos.
Lo único que realmente existe, de esos cuentos, son las brujas, a las que nosotras denominamos : putas, zorras, trolas, gatos que caminan en dos piernas, ligeras, fáciles, SUEGRAS. Son fáciles de combatir, cuando uno ya tiene la experiencia necesaria en el rubro.
En fin mis queridas amigas, el tema es que nacimos para sufrir y golpearnos la cara contra la pared, la culpa es, definitivamente, de Disney.
Y la moraleja que nos deja todo esto es, que los hombres nos hacen sufrir porque sólo quieren boludear, y cuando quieren algo en serio, una ya está cansada de que la boludeen; que las mujeres vienen cada día más rápidas, y no corriendo; que si bien, no hay que conformarse con cualquier cosa, hay que ser un poco menos exquicita, reitero, los príncipes no existen; y que, por suerte, existen las amigas y los amigos, que nos escuchan en cada tropezón y golpe, en el camino de la vida.
Gracias.
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